Amantes de los gatos, amantes de los caballos, amantes de "rellenar los espacios en blanco": reemplace la palabra "perro" con el animal de su elección.

“Oh, eres tan encantadora. ¿No eres el más dulce? No sé qué haría sin ti en mi vida. Eres mi lindo patooty dawooty sawooty. Te quiero muchísimo."

Estas son sólo algunas de las cosas que le digo a mi perro todas las mañanas, a los pocos minutos de despertarme.

Todas las mañanas, cuando suena la alarma, Clover salta a mi cama y se para encima de mí, con su cara frente a mí. Su cola se mueve, sus orejas se levantan y la pequeña punta rosada de su lengua sobresale ligeramente de su boca. Ella me mira con amor y expectación. Luego, obediente y felizmente, le froto el vientre y le digo cuánto la amo y aprecio.

Ahora bien, ¿te imaginas si cada mañana, a los pocos minutos de despertarte, alguien te dijera cosas similares: “¿No eres la más dulce? Te amo mucho. ¿Qué haría sin ti en mi vida? ¡Eress el mejor!"

¿Qué tan diferentes serían tus días? ¿Qué tan diferente te sentirías? Apuesto a que todo ese amor de la mañana te mantendrá fuerte durante el resto del día.

En realidad, no todos tenemos a alguien en nuestra vida que pueda hacer esto por nosotros. Pero podemos hacerlo por nosotros mismos.

Muchos de nosotros estamos familiarizados con los mantras. Es posible que ya practiques decirte mantras en voz alta o mentalmente todas las mañanas. 'Yo soy suficiente. Soy amado. No tengo miedo.'

Te invito a dar un paso adelante. Saludate, quiérete y valorate en voz alta, cada mañana con tanto entusiasmo y amor incondicional como lo harías con tu perro, o gato, o cordero, o….

Suena tonto y definitivamente se sentirá tonto. Pero pruébalo, sólo durante una semana, y nota lo diferente que te sientes, inmediatamente después y a lo largo del día.

Y si te sientes un poco ridículo, piensa en lo incondicionalmente que amas a tu animal y en lo mucho que lo elogias incluso por el acto más pequeño. (Mi perro mira en mi dirección e inmediatamente empiezo a decirle lo buen perro que es).

Ponte a prueba para amarte a ti mismo como lo harías con tu animal.

Todas las mañanas, levántate y di: “Oh, eres tan encantadora. Eres tan dulce. La vida no sería tan buena sin ti en ella. ¡Eress el mejor!"

Y tal como lo haría tu perro, lámelo. Disfrútala. Créelo.

Por Sara Artis
Visite el sitio web de Sara